Cocinando, cocinando. . .

¿Qué hay mejor para los niños que pasar un rato en familia?

La familia es el entorno social más cercano y más importante para el niño,  es el primer lugar donde establece relaciones interpersonales y extrapersonales, donde aprende a través de la observación y la imitación.


Una de las formas más fáciles de pasar tiempo con ellos es mediante el juego, los cuentos o las películas, pero hay una manera muy entretenida que les mantendrá atentos y les ayudará a desarrollar algunas capacidades, la cocina.



Gracias a la necesidad de controlar los tiempos y las cantidades aprenden a estar concentrados, incrementan su creatividad e imaginación al decorar los platos, además es una forma de hacerles ver como se cocinan y tratan los alimentos que no les gustan, o de dejarles prepararlos a ellos a su gusto. También obviamentes les ayudará a diferenciar los diferentes alimentos, los saludables y los no saludables, la higiene necesaria en la cocina, los instrumentos peligrosos como cuchillos, el fuego, las batidoras o los ralladores... Y finalmente una de las cosas más imortantes que se aprenden, es la comprensión del trabajo que conlleva hacer la comida.


El mejor camino para hacerles verlo divertido que es, es con la relización de cupcakes, galletas, tartas y dulces en general, ya que son los que más le suele gustar comer y además se pueden decorar de formas muy divertidas. Es recomendable que las recetas sean sencillas y no se necesite muchísimo tiempo.
Algunos ejemplos pueden ser, búhos hechos con galletas, raones de patata o una tarta de chocolate con forma de pez.

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